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¿Duerme menos o más de lo debido? Conozca cuatro efectos de los trastornos del sueño en su vida


Dormir, además de ser un placer, se constituye en una obligación para el descanso del cuerpo. La National Sleep Foundation (NSF) ha publicado nuevos datos recomendando un número prudente de horas de sueño para ocho rangos de edad durante las 24 horas del día:

  • Recién nacidos (0 a 3 meses) 14 a 17 horas
  • Bebés (4 a 11 meses) 12 a 15 horas
  • Niños pequeños (1 a 2 años) 11 a 14 horas
  • Niños preescolares (3 a 5 años) 10 a 13 horas
  • Niños escolares (6 a 13 años) 9 a 11 horas
  • Adolescentes (14 a 17 años) 8 a 10 horas
  • Adultos (18 a 64 años) 7 a 9 horas
  • Adultos mayores (más de 65 años) 7 a 8 horas

De acuerdo con el médico especialista Eric J. Olson experto en Medicina del sueño, durante el sueño, el sistema inmunitario libera proteínas llamadas citocinas, que defenderán al organismo cuando la persona tiene una infección, inflamación o estrés. “La falta de sueño puede reducir la producción de estas citocinas protectoras. Además, los anticuerpos y las células que combaten cualquier infección disminuyen durante los periodos en los que no duermes lo suficiente”, expresó.

  1. Alteración en la memoria y la atención

Mientras dormimos el cerebro está ocupado procesando la información obtenida a lo largo del día. No es una pérdida de tiempo. De acuerdo con una investigación de María Teresa Acosta denominado “Sueño, memoria y aprendizaje” el sueño juega un papel fundamental en la reconstrucción cerebral. A nivel cognitivo, los procesos de aprendizaje y de memoria se consolidan y se decantan emocionalmente después de una noche de sueño. Así también, Acosta demuestra en la investigación la actividad eléctrica cerebral durante el sueño y su relación con los mecanismos fisiológicos de memoria y de aprendizaje; sobre los ciclos circadianos y su importancia en el funcionamiento de diferentes sistemas fisiológicos y ejemplos de cómo se asocia la ausencia de sueño con problemas neuronales que pueden ocasionar Trastornos de Espectro Autista (TEA).

  1. Cambios de ánimo y del humor

Dormir menos de lo recomendado para la edad genera una situación de “alerta” y estrés que, según Celia García, neuróloga miembro del Instituto Europeo del Sueño, ocasiona malestar y falta de energía alterando directamente el estado de ánimo que puede pasar de la tristeza a la euforia con mayor facilidad, ocasionando inestabilidad emocional. “Cuando no hay calidad de sueño, biológicamente se puede observar un aumento de ´hormonas de estrés´, como por ejemplo cortisol, y una alteración en ´hormonas de bienestar´, como serotonina”, explica. “El no dormir el tiempo y con la calidad necesaria, sin duda, hace sentir agotamiento, angustia, irritabilidad, fatiga y hastío. El cuerpo usa el sueño como una manera para organizarse y repararse”, añade.

  1. Cefaleas frecuentes

De acuerdo con un artículo del Instituto del Sueño de España (ISE), las cefaleas, a menudo son un síntoma secundario de un trastorno de sueño. Las personas que sufren insomnio, por ejemplo, padecen de cefalea tensional. Tanto un déficit como un exceso de sueño pueden producir cefaleas o empeorar cefalea de otras enfermedades prexistentes. Existe también una relación entre el sueño y la migraña. De acuerdo con el ISE más de la mitad de los pacientes con migraña manifiestan dificultad a la hora de iniciar o mantener el sueño y en un mayor porcentaje de las personas que padecen migraña expresan cefaleas al despertar.

  1. Fatiga constante y mucho estrés

La fatiga suele ser una respuesta frecuente a la falta de sueño sumado al esfuerzo físico y el estrés emocional. Cuando la fatiga no se alivia con dormir bien, nutrirse bien o tener un ambiente de bajo estrés debe ser evaluada por su proveedor de atención médica. Si no se llega a consultar a un especialista y continúa frecuente la fatiga y el estrés puede derivar en el Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) donde esos síntomas de fatiga persisten al menos seis meses y no resuelven con descanso. Una situación estresante en el plano emocional también puede causar fatiga. Por lo general, este tipo de fatiga desaparece cuando se alivia el estrés. Si la fatiga ocurre sin una causa obvia, es importante evaluar su salud mental. La fatiga es un síntoma común de problemas de salud mental, como ansiedad o depresión.



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