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Usar barbijo ralentiza la propagación del virus y reduce la gravedad de la infección


Enrique está consciente que salir a un hospital le significa varios riesgos. Y para frenarlos, decide pasar por una botica para elegir una mascarilla que lo proteja a él y a su familia, tanto su boca como su nariz. La farmacéutica le presenta tres opciones: el quirúrgico, una mascarilla sencilla para un solo uso y de precio muy económico con un lado azul y el otro más celeste; el denominado KN-95, con filtro y sin filtro que prometen cuatro capas y la reutilización y, por último, el de tela, más elegante, lavable y también que se promociona con cuatro telas intermedias. Pero ¿cómo le protegerá el barbijo del contagio?

Monica Gandhi y George W. Rutherford, investigadores de la Universidad de California (EEUU), desarrollaron la investigación “Enmascaramiento facial para COVID-19: Potencial de variación”. En dicho documento, ambos científicos presentan datos virológicos, epidemiológicos y ecológicos sobre el uso de barbijo, por ejemplo: el enmascaramiento facial universal puede reducir la gravedad de la infección en personas afectadas y aumentar, por otra parte, las posibilidades de que los nuevos casos sean asintomáticos.

Si se confirma esta hipótesis, el uso universal de la mascarilla, según el reporte, podría convertirse en una forma de “variolación” que generaría inmunidad y, por lo tanto, “ralentizaría la propagación del virus mientras esperamos una vacuna”, señalan los autores. La variolación o variolización es un procedimiento de profilaxis que se practica desde la antigüedad para generar respuesta inmunitaria en patologías como la viruela, inoculando el virus, y que se aplicó antes del desarrollo de una vacuna.

“El enmascaramiento facial puede proteger al usuario de la infección, al bloquear la entrada de partículas virales en la nariz y la boca, fenómeno que se evidenció durante pandemia de SARS de 2003 y que contribuyó a su control. Datos más recientes de la Universidad de Boston demuestran que las infecciones por SARS-CoV-2 disminuyeron entre los trabajadores de la salud después de que se implementó el enmascaramiento universal en los hospitales municipales a finales del pasado mes de marzo”, explican en el estudio.

La clave es reducir la carga viral

La posibilidad de una “inmunidad” mediante el uso universal de mascarilla se relaciona con una teoría sobre la patogénesis viral, que sostiene que la gravedad de la enfermedad es proporcional al inóculo viral recibido.

“Esta forma de valorización es una forma de disminuir el inóculo infectivo. Hasta que no haya disponible una vacuna es importante reducir el tiempo de exposición; en este caso con el uso de mascarilla universal que se presenta en este artículo como una estrategia para reducir la gravedad de la infección en afectados y, además, para favorecer las infecciones asintomáticas”, señala Silvia Sánchez Ramón, jefe del Servicio de Inmunología del Hospital Clínico de Madrid.

Dado que las mascarillas pueden filtrar algunas gotas que contienen virus (con la capacidad de filtrado determinada por el tipo de mascarilla), estas podrían reducir el inóculo que inhala una persona expuesta. Si esta teoría se confirma, el enmascaramiento de la población, con cualquier tipo de máscara que aumente la aceptabilidad y la adherencia, podría contribuir a aumentar la proporción de infecciones por SARS-CoV-2 que son asintomáticas”, señalan los autores.

¿Mascarilla quirúrgica, filtrantes o de tela?

La Organización Mundial de la Salud (OMS), explica que, usar mascarilla evita el contagio de persona a persona del COVID-19 pero para lograr un grado suficiente de protección o control de fuentes, es preciso adoptar otras medidas personales y comunitarias para contener la transmisión de virus respiratorios. Al margen de que se usen mascarillas, la observancia de la higiene de las manos, el distanciamiento físico y otras medidas de prevención y control de infecciones (PCI) es decisiva para prevenir la transmisión de la COVID-19 de persona a persona. (Ver aquí).

Entre las mascarillas que se describen en la OMS para combatir el COVID-19 mencionan a la mascarilla médica, también denominada quirúrgica; las mascarillas de protección respiratoria bajo normas como N95, FFP2, FFP3 y N99 y las mascarillas de tela. (Ver aquí).

Por un lado, si usa mascarillas quirúrgicas debe tener en cuenta:

  • Estas mascarillas tienen tres capas de materiales sintéticos no tejidos
  • Las capas filtrantes están encajadas en el centro.
  • Existen de diferentes grosores con diversas resistencias a líquidos y filtración.
  • Si se humedecen o se deterioran habría que tirarlas antes cuidando de guardarlo en una bolsa que no tenga contacto con los que recogen la basura.
  • Debe fijarse también en otro detalle: hay marcas que tienen fecha de caducidad.
  • Su función es protegerle y a los otros ya que hacen de barrera para evitar la dispersión vírica cuando la persona que la usa (infectada o sospechosa de estarlo) estornuda, tose o habla.
  • La Eficacia de Filtración Bacteriana (EFB) varía según sea el tipo de mascarilla. De Tipo I puede ser igual o superior al 95% y de tipo II superior al 98%.
  • No son reutilizables. Si está en zona de contactos con otras personas no debe usarlo más de seis horas. (Ver aquí).

Las mascarillas filtrantes, entre tanto, cuentan con los siguientes detalles:

  • Cubren boca, nariz y barbilla y pueden sujetarse mediante un arnés que rodea la cabeza o sobre las orejas.
  • Suelen estar compuestas por una o varias capas de material textil.
  • La EFB puede ser de: Igual o superior al 95%si no es reutilizable (NR) y de igual o superior al 90% si es reutilizable (R).
  • De acuerdo al filtrado (P1, P2 y P3), la fuga total y la cantidad de máscaras que tiene se clasifican en FFP1 (para tipo atóxico y fibrogénicos de polvo), FFP2 (fluidos nocivos de polvo, humo y aerosoles) y FFP3 (tipos venenosos y perjudiciales de polvo, humo y aerosoles).
  • Las mascarillas filtrantes pueden tener o no una válvula de exhalación para reducir la humedad dentro de la mascarilla y proporcionar una mayor comodidad al usuario, aunque en ningún caso influye en el nivel de seguridad, ya que la capacidad de filtrado es la misma.
  • Son recomendables para los lugares donde se efectúan procedimientos generadores de aerosoles. Sobre la base de los valores y preferencias, siempre y cuando se consigan fácilmente, también pueden usarse cuando se presta atención directa a enfermos de COVID-19 en otros entornos.

Las mascarillas higiénicas de tela pueden ser utilizadas por la población general de menos de 60 años y que no tengan afecciones de salud subyacentes. Entre las cosas que debe saber son:

  • Lave las mascarillas de tela con jabón o detergente, y preferiblemente en agua caliente (al menos a 60º C).
  • De no ser posible lavar la mascarilla en agua caliente, lávela con jabón o detergente en agua a temperatura ambiente y, a continuación, hierva la mascarilla durante un minuto.
  • No lleve la mascarilla alrededor del brazo o la muñeca ni tire de ella hacia abajo hasta la barbilla o el cuello. Guárdela en una bolsa de plástico limpia.

Cuidados generales al usar mascarillas:

Para ocupar las mascarillas debe tener los siguientes cuidados, antes, durante y después de usarlos:

  • Lávese las manos con agua y jabón antes de tocar un barbijo.
  • Verifique que la mascarilla no presente agujeros o desgarros.
  • Utilícelo con la parte más clara hacia el interior y cuidando que tape su boca y su nariz. No cruce las tiras que van a la oreja porque puede desgarrar el barbijo.
  • Ajuste la tira de metal para que se amolde a la nariz en el caso de las mascarillas quirúrgicas.
  • Recuerde no tocar la parte delantera de la mascarilla que esté usando para evitar que se contamine (Ver aquí).



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